SIMPLEMENTE UN TAOISTA
Un
taoísta solo se enfoca en vivir de acuerdo con el Tao, sin añadir más ni quitar
menos. Un taoísta vaga por los confines de la existencia con conceptos
efectivos y alejados del aferramiento a ideales y dogmas. Su fe no está en la
imaginación sino entre la duda y la razón. Un taoísta es simplemente una
persona
que vive de acuerdo con los procesos naturales del Universo, en un constante
fluir
de la vida, sin forzar su destino ni desviar su camino hacia la liberación
personal a
través de la Simplicidad, de la Sencillez y de la Armonía. El taoísta es el
Errante
de la Existencia en este mundo, apartado de aquello que lo atrape, alejado de
la
ignorancia y lleno de inocencia primordial. Ser taoísta es ir al trabajo, es ir
a la
bodega, es corregir a los hijos, es llorar, es reír, es querer y dejarse
querer, la
única diferencia a una persona que no es taoísta es que hace las cosas desde un
mayor nivel de Conciencia y Naturalidad. Ser taoísta es simplemente ser una
identidad del Tao vagando por este universo imperceptiblemente, porque lo único
que le interesa es ser protagonista de su propia vida. Saliendo de la escena
con aplausos hacia los reinos de los inmortales.
Ya no sé definir el taoismo, tampoco necesito definirlo. Porque es Religión y
no es sólo Religión. Es Filosofía, y no es sólo Filosofía. Hay quien dice que
no es una Religión, pero en su interior late un espíritu de Religiosidad. Hay
quien dice que no es una Filosofía, pero sus Textos denotan una Eminente
Sabiduría. Es una Mística, pero los estudios y sus prácticas, observaciones y
experimentos lo exponen también en el campo de la Ciencia.